viernes, 12 de abril de 2013

TRIDUO A SAN JOSÉ

 




ESPERAMOS VUESTRA VISITA A LAS FIESTAS PATRONALES DE TORREBLASCOPEDRO (JAÉN) EN HONOR A SAN JOSÉ QUE SE CELEBRARÁN DEL 1 AL 5 DE MAYO. LA PROCESIÓN SERÁ EL DIA 1 DE MAYO  A LAS 20 HORAS.

                                  -QUE SAN JOSÉ  NOS GUIE Y PROTEJA.

SALUDO DEL HERMANO MAYOR



CONCURSO



Todos los años por estas fechas se celebra en el Colegio San José Artesano de Torreblascopedro el concurso " Conoce a tu Patrón " con el objetivo de dar a conocer la figura de San José entre los escolares de nuestro pueblo. Este año celebramos la novena edición con gran éxito de participación y los mejores trabajos serán publicados muy pronto en este blog.

lunes, 1 de abril de 2013

MATRIMONIO JOSEFISTAS







El  matrimonio  es  santo en  sí mismo, puesto  que  Dios así lo  quiere, pero mucho más santo es todavía  desde que Cristo lo  elevó  al rango de:
*Sacramento
En este amor conyugal hay un  objetivo  muy importante  que  es  la  fecundidad material o natural (creced y multiplicaos). Luego  con la llegada  del hijo, éste, el padre y la madre se convierten en una pálida pero dulce imágen de la Santísima Trinidad.
Los consagrados en cambio son  llamados  a la castidad, ellos sacrifican   esa   fecundidad   natural  por  una  fecundidad espiritual, que de hecho es muy superior a la primera.
Sin  embargo  existen  muchas  personas  laicas  que  también ejercitan  la  virtud:  solteros, vírgenes  y  hasta  algunos matrimonios. Se  dice  que en el mundo hay muchos matrimonios que ofrecen a Dios el ejercicio de la continencia, ésta puede ser durante un período  determinado de tiempo, o bien durante toda  la vida (éstos son los menos). En ambos casos, sólo los conyuges  entre ellos deciden, de común acuerdo, cuando y por cuanto tiempo se hará la ofrenda.
Cualquiera  sea  la  duración, es importante saber que es MUY del  agrado de Dios, que tiene gran valor espiritual y que da valiosos frutos. Es necesario recordar que sólo por la Gracia de  Dios  puede  efectivizarse, y aún así es necesario orar y vigilar.
Se  dice que  a estos matrimonios se los conoce con el nombre de "JOSEFITAS", en honor a San José. Este  Glorioso Patriarca fue todo  virtuoso: era manso, pobre, humilde, obediente etc, pero de todas estas virtudes sólo SU CASTIDAD irritó al mundo.
Esta  Santa  Castidad  de  José es la garantía absoluta de la  Virginidad   de   María   y  la   Encarnación del Niño por el Espíritu.
El  poder  imitar  por  un  tiempo al Santo de los Santos nos ayudará a liberarnos un poco de la esclavitud de los sentidos y  a  espiritualizar y dulcificar  nuestra vida conyugal, por
eso debemos decir:
"¡San  José, árbol  bendito de Dios, no para  dar frutos sino para  dar  sombra, te  agradecemos y honramos como Patrono de las  Familias. Modelo perfecto de la Virtud de la Virginidad, con justa razón recibiste el título de Custodio de Vírgenes... por  tu poder que hace posible las cosas imposibles otórganos la  gracia de  ofrecerle a Dios algunos años  de pureza... no solo  de  la física  sino también de la del corazón, y que no veamos  este ejercicio como una dura carga sino que lo veamos como un maravilloso triunfo del espíritu sobre la materia!".
 
  

 Querido San José
    Querido San José, Jesús tenía  hambre y tú le diste de comer ,Jesús tuvo sed y tú le diste de beber, tenía frío y tú  lo calentaste, Jesús no tenía  techo y tú lo cobijaste. 
Todos  estos  actos de amor los  cumpliste con él, durante treinta años, con el precio de tus sudores. ¿Qué te devolverá Jesús, que tan generoso otorga el ciento por uno?.
Nada te negará Jesús, bien amado José; te imploro que uses de todo tu poder en beneficio de esta pobre  alma  mía y haz  que  pueda obtener, por medio de tu intercesión, las  gracias que necesito.
                                    Amén.

PIA UNION TRANSITO DE SAN JOSE

   PÍA UNIÓN del TRÁNSITO
  de SAN JOSÉ
La Pía Unión del Tránsito de San José o *Santa Cruzada* en pro de los moribundos, fue fundada por el Beato Luis Guanella, y tiene por objeto:
1.-Obtener, por intercesión de San José, la gracia de una santa muerte a los
agonizantes de cada día, introduciendo en la cristiandad la piadosa costumbre de ayudarlos a morir santamente con oraciones y obras de caridad.
 2.-Intensificar y difundir en todo el mundo la devoción a San José. Esta
    Santa Cruzada de oraciones en favor de los moribundos, bajo el Patrocinio de San José, fue instituida en Roma por San Pío X, el 17 de Febrero de 1913,-
Para pertenecer a esta Cruzada y gozar de sus favores se necesitan
las siguientes condiciones:
1.-Inscribir el propio nombre en el registro de la Pía Unión.
2.-Rezar por la mañana y por la noche esta jaculatoria:"Glorioso San José, Padre adoptivo del Hijo de Dios y verdadero esposo de la Santísima Virgen, ruega por nosotros y por los hermanos que agonizan en este día / noche".-
    RECOMENDACIONES:
1.- Los fieles deben ofrecer frecuentemente sus buenas obras, oraciones y mortificaciones por los agonizantes.
2.- Deben recordar la Fiesta de San José con Novena o Triduo; practicar alguna devoción especial los miércoles de la semana, día consagrado al culto de San José. 
3.-En el momento de la inscripción en la Pía Unión, deben realizar una limosna para algún Templo de San José y para obras parroquiales.
4.-Se aconseja que inviten a sus amigos a hacerse miembros de La Cruzada.
5.-Se aconseja leer y suscribirse a la Revista *San José*, órgano de la Pía Unión del Tránsito.
 
 
     


            El BeatoLuis Guanella es famoso por su declaración al iniciar la Unión Pía de San José:        "Existe una necesidad de vivir bien, pero hay
mayor necesidad de morir bien. Una buena muerte lo  es todo, especialmente hoy en día cuando las personas sólo piensan en las cosas materiales y en divertirse aquí en la tierra, rechazando la eternidad."

LA FAMILIA PERFECTA

      
                                                    

"Quiero hablaros un poco de la familia perfecta. ¡Cuánto podréis aprender de
Ella! Estos dos Esposos que se amaron como ningún otro:
José era la cabeza, su autoridad familiar era indiscutible. Ante esta autoridad se inclinaba la Esposa y Madre de Dios, y a elle se sujetaba el Hijo de Dios. Todo lo que José decidía, se aceptaba sin discusión. Su palabra era nuestra pequeña ley. Y a pesar de esto, ¡cuánta humildad en él!. Jamás abusó de su poder.
En aquella casa había serenidad, sonrisa y concordia, y de común acuerdo se trataba de hacerla más bella. Había un solo pensamiento. No había nerviosismos, altercados, caras largas, ni reproches mutuos, y mucho menos se reprochó a Dios por no colmarlos de bienes materiales. José no echa en cara a María que sea la causa de su molestia, ni María a él de no proporcionarle mejores comodidades.
Se amaban santamente, y esta es la razón. El verdadero amor no es egoista, y busca siempre el bien del cónyuge. El verdadero amor es casto, como el de aquellos esposos vírgenes. La castidad unida a a la caridad, trae consigo un cortejo de virtudes, y hace a dos perfectos santos.
En aquella casa se oraba; muy poco se ora en los hogares de ahora. En aquella casa había moderación en el comer, porque no se come para dar placer a la garganta, sino para vivir; en los hogares de ahora se vive en la opulencia, y ni siquiera un pensamiento para los que no tienen que llevarse a la boca.
En aquella casa se amaba el trabajo, porque con el trabajo el hombre obedece la orden del Señor: "Comerás con el sudor de tu frente" (Ge. 3,19). Y también con el trabajo el hombre se ve libre del vicio (2 Tes. 3,10).
En aquella casa reinaba la humildad. ¡Cuántas lecciones de humildad para vosotros! ¡Soberbios!. María tenía miles de razones para ponerse soberbia y hacerse venerar de su esposo. Muchas mujeres lo hacen, tan sólo por ser más cultas, o más ricas que el marido. María es esposa y Madre de Dios, y sin embargo Ella "sirve", José es el jefe de la casa. Dios lo vió digno de ser cabeza de Familia.
En aquella casa se observaba el orden: sobrenatural y moral. Meditad en todo esto, vosotros que ahora sufrís mucho por haber faltado en muchas cosas contra Dios. Imitad a los santos Esposos que fueron para Mí: Madre y padre. Donde nací oliendo a rosas en su fragancia de pureza. De mi padre adoptivo aprendí, apenas llegué a la edad de poder usar los instrumentos, sin dejar que me entregara al ocio. Él me encaminó hacia el trabajo, haciéndome hacer objetos para Mamá. De este modo me inculcaba el debido respeto que cada hijo debe tener a su mamá.
¿Dónde están hoy las familias en que se haga que los hijos amen el trabajo como un medio de agradar a sus padres?. Ahora los hijos son los déspotas del hogar. Crecen duros, indiferentes, malcriados para sus padres. Los tienen por sus criados. No los aman, ni tampoco ellos son amados. Porque mientras hacéis de vuestros hijos unos abusivos e iracundos, os separáis de ellos. Los hijos son de todos, menos de vosotros:
¡Oh padres del siglo XX!. Son de la profesora, de la nodriza, del colegio, de los compañeros, de la calle. Vosotras, las mamás, los engendráis y basta. Vosotros padres, hacéis lo mismo. Un hijo no es sólo carne; es inteligencia, corazón, alma. Tened en cuenta que nadie mejor que un padre o madre, tiene el deber y derecho de formar esa inteligencia, ese corazón y esa alma.
La Familia existe y debe existir. No hay teoría o progreso que pueda destruir esta verdad sin arrastrar a la ruina. De un hogar desquebrajado, no puede salir sino futuros hombres y mujeres cada vez más perversos y causa de mayores ruinas. Y en verdad os digo, que sería mejor que no hubiera más Matrimonios y prole sobre la tierra, que el que haya Familias menos unidas de lo que no son ni siquiera las tribus de los monos.
Familias donde no existe la escuela de la virtud, del trabajo, del amor, de la religión, sino que son un caos en que cada uno vive para sí, y terminan por hacerse pedazos. Y así estáis viviendo y soportando los frutos de este vuestro mal con que habéis despedazado vuestra vida social. 
Seguid así, si os place, pero no os lamentéis si esta tierra se convierte cada vez más en en un infierno, en una cueva de monstruos que devoran Familias y naciones.
Lo quisisteis así, y así lo tenéis, y se haga vuestro deseo..."

JOSÉ HEREDERO


 San José  según León XIII Carta Encíclica de 1889
   Para leer y Meditar.
                                    QUAMQUAM PLURIES.
        Sobre la Devoción a San José
     Carta Encíclica del PAPA León XIII promulgada el 15 de agosto de 1889. 


 Las razones por las que el bienaventurado José debe ser considerado especial Patrono de la Iglesia y por las que a su vez la Iglesia espera muchísimo de su tutela y patrocinio, nacen principalmente del hecho de que él es el esposo de María y padre putativo de Jesús. De estas fuentes ha manado su dignidad, su santidad, su gloria. Es cierto que la Dignidad de Madre de Dios llega tan alto que nada puede existir más sublime; mas porque entre la beatísima Virgen y San José se estrechó 
un lazo conyugal no hay duda de que a aquella altísima dignidad, por la que la MADRE de DIOS supera en mucho a todas las criaturas, él se acercó más que ningún otro. Ya el matrimonio es el máximo consorcio y amistad - al que de por sí va unida la comunión de bienes - se sigue que, si Dios ha dado a José como esposo a la Virgen, se lo ha dado no sólo como compañero de vida, testigo de la virginidad y tutor de la honestidad, sino también para que participase, por medio del pacto conyugal, en la excelsa grandeza de ELLA. Él se impone entre todos por su augusta dignidad, dado que por su disposición divina fue custodio y en la creencia de los hombres, padre del HIJO de DIOS.
De donde se seguía que el VERBO de DIOS se sometiera a JOSÉ, le obedeciera y le diera aquel honor y aquella reverencia que los hijos deben a sus propios padres. De esta doble dignidad se siguió la obligación que la naturaleza pone en la cabeza de las familias, de modo que José fue el custodio legítimo y natural, cabeza y defensor de la
SAGRADA FAMILIA. Y durante el curso entero de su vida él cumplió plenamente con esos cargos y esas responsabilidades.Él se dedicó con gran amor y diaria solicitud a proteger a su esposa y al DIVINO NIÑO.
Regularmente por medio de su trabajo consiguió lo que era necesario para su alimentación y el vestido de ambos; cuidó al NIÑO de la muerte cuando era amenzado por los celos de un monarca, y le encontró un refugio; en las miserias del viaje y en las amarguras del exilio fue siempre la compañía, la ayuda y el apoyo de la Virgen y de Jesús.
Ahora bien, el DIVINO HOGAR que José dirigía con la autoridad de un padre, contenía dentro de sí a la apenas naciente Iglesia.Por el mismo hecho de que la Santísima Virgen es la MADRE de JESUCRISTO, ella es la madre de todos los cristianos a quienes dio luz en el Monte Calvario en medio de los supremos DOLORES de la REDENCIÓN; Jesucristo es, de alguna manera, el primogénito de los cristianos, quienes por la adopción y la Redención son sus hermanos. Y por estas razones el SANTO PATRIARCA contempla a la multitud de cristianos que conformamos la Iglesia como confiados especialmente a su cuidado, a esta ilimitada familia extendida por toda la tierra sobre la cual puesto que es el esposo de María y padre de Jesucristo, conserva cierta paternal autoridad.
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Así pués José, unido en matrimonio a la más grande y santa de las mujeres, considerado el padre del HIJO de DIOS, pasó su vida trabajando, y ganó con la fatiga del artesano el necesario sostén para la familia. Es, entonces, cierto que la condición de los más humildes no tiene en sí nada vergonzoso, y el trabajo del obrero no sólo no es deshonroso, sino que, si lleva unida a sí la virtud, puede ser singularmente ennoblecido. José, contento con sus pocas posesiones, pasó las pruebas que acompañan a una fortuna tan escasa, con magnanimidad, imitando a su HIJO, quien habiendo tomado la forma de siervo, siendo el SEÑOR de la vida, se sometió a sí mismo por su propia y libre voluntad al despojo y la pérdida de todo. 
     Sagrada Familia de Nazareth

DULCE MUERTE


  La Dulcísima Muerte de San José
Patrono de los moribundos


Luego de soportar durísima enfermedad y grandes y gravosas pruebas espirituales, San José percibía que el final de su vida terrestre estaba muy cerca.
Podía percibir también como los ángeles agraciadamente invitaban a su bendita alma a partir para reposar en el seno de Abraham.
La llama de amor viva que estaba en el centro de su corazón lo consumía lentamente; de pronto un fuerte impulso lo raptó al cielo, allí estuvo durante horas en íntima y amorosa conversación con Dios, quien le mostró  y le hizo participar de los deleites del Paraíso. Depués de la manera que pudo habló con Jesús y con María quienes estaban a su lado. Les suplicó con inmensa ternura que les perdonen todas las deficiencias que había tenido durante su vida. Les agradeció por todo el amor que le dispensaron y por la paciencia con que sobrellevaron sus faltas.
Les expresó su inmensa gratitud por toda la atención que le dispensaron durante su larga y penosa enfermedad. Finalmente agradeció con gran fervor a Su Amado Hijo, el Salvador, por lo que ya había sufrido y por lo que sufriría en el futuro al realizar el  Gran Trabajo de la Redención. Y como señal de su profundo amor por su esposa , lleno de fe le encomendó a ella el cuidado de su Divino Hijo. La miró con amor, pero también con *compasión*, en virtud de la gran angustia y pena que ella tendría que soportar durante la muerte del Salvador.
Inmediatamente después de esto, Jesús mismo lo confirmó a José como PATRÓN y PROTECTOR de los MORIBUNDOS, cosa que el Santo aceptó, humildemente había hecho esta tarea toda su vida, asistiendo con caiño a todos los necesitados. El fuego de amor DIVINO en su corazón, comenzó a ser más y más intenso. Las penas y dolores aumentaron y así entró en la última agonía, dirigió como siempre sus ojos al cielo, luego los bajó lentamente y se fijaron en los de Jesús y María, y encontró gran consuelo en esta contemplación.
Jesús seguía a su lado, tomó sus manos entre las suyas y le habló de la Gloria, del Amor y de la Generosidad del Padre Celestial.- Estas palabras penetraron profundamente en el alma del moribundo José e inflamaron aún más su amor por Dios. El final había llegado. El Hijo invitó al alma de José a salir de su cuerpo, la tomó en sus santas manos y se las confió a los ángeles quienes la escoltaron y depositaron en el LIMBO.
San José tenía 61 años de edad en el momento de su muerte. Esta noticia se desparramó por todo NAZARET. Los amigos y vecinos que siempre lo reconocieron como hombre santo y de excelsas virtudes, acompañaron a su familia al entierro y profundamente afectados lloraron su partida.
Cuando Jesús resucitó al tercer día bajó al LIMBO y tomó a todas las almas que estaban allí confinadas. El alma de José estaba glorificada y por el poder y voluntad de Dios se reunió con su cuerpo que permanecía aún en olor de santidad. José hizo pués su ENTRADA AL CIELO,  junto a *su* HIJO en ocasión de la Ascención. Ahora el Santo ocupa en virtud de su virginidad y de la gran pureza de corazón un muy distinguido  trono cerca de Cristo y muy cerca del ocupado por la REINA de los Angeles y de los Hombres.
Disfruta en el cielo una gloria que es indescriptible y que sobrepasa a la de todos los otros santos.  Continúa siendo nuestro intermediario frente a Dios, especialmente por los moribundos. Otorga grandes gracias a quienes se lo solicitan, ayuda a los afligidos y oprimidos, dado que él ha tenido que soportar tantas tribulaciones en este mundo. Él obtiene gracias para todos pero * muy especialmente* para los que lo aman y sienten devoción por el.  Maravillosos son los resultados!!!!.

HIMNOS

          Himnos
    N° 1.-


    Cante tu gloria célica armonía,
    tú que compartes con la siempre pura
    la misteriosa genealogía
    de la Escritura.
    Esposo virgen de la Virgen María,
    en quien Dios mismo declinó su oficio;
    réplica humilde del eterno Padre,
    padre nutricio.
    Último anillo de las profecías,
    ¡oh patriarca de la nueva alianza!,
    entre tus brazos se acunó el Mesías,
    nuestra esperanza.
    Guarda a la iglesia de quien fue figura
    la inmaculada y maternal María;
    guárdala intacta, firme y con ternura
    de la eucaristía.
    Gloria de Dios Padre que en tu amor descuida,
    gloria a Dios Hijo que te fue confiado,
    gloria al Espíritu Santo que alentó tu vida
    para el AMADO. Amén

     N° 2.-
     Escuchen que cosa y cosa
    tan maravillosa; aquesta:
    un padre que no ha engendrado
    a un Hijo, a quien otro engendra.

    Un hombre que da alimentos
    al mismo que lo alimenta;
    cría al que lo crió, y al mismo
    sustenta que lo sustenta.

     Manda a su propio Señor
    y a su Hijo Dios respeta;
    tiene por ama a una esclava,
    y por esposa a una reina.

     Celos tuvo y confianza,
    seguridad y sospechas,
    riesgos y seguridades
    necesidad y riquezas.

     Tuvo, en fin, todas las cosas
    que pueden pensarse buenas,
    y es fin, de María esposo
    y, de Dios, padre en la tierra. Amén.



     N° 3.-
    ¡Oh, que dichoso este día
    en que José, dulce suerte,
    entre Jesús y María
    rinde tributo a la muerte.
    Tuvo en la tierra su cielo;
    por un favor nunca visto,
    con la Virgen, su consuelo
    fue vivir sirviendo a Cristo.
    Ya con suprema leticia
    los justos lo aclamarán,
    lleva la buena noticia
    hasta el seno de Abraham.
    Si fue grande la agonía
    que sufrió en la encarnación,
    será inmensa la alegría
    que tendrá en resurrección.
    Quiera Dios que en nuestro trance
    no nos falte su favor,
    y piadoso nos alcance
    ver benigno al Redentor.
    Que en Jesús, José y María,
    gloria de la humanidad,
    resplandezca tu armonía,
    Oh indivisa Trinidad!!




     N° 4.- 
     Llamando a trabajo al mundo
    la aurora de la mañana,
    saluda al son del martillo
    la casa nazaretana.

     Salve, padre de familia,
    de cuyas manos sudadas
    El Artífice Divino
    copió labor artesana.

    Reinando en la cumbre del cielo 
    junto a tu esposa sin mácula,
    oye a tus fieles devotos
    sumergidos en desgracias

    Quita violencias y engaños
    y hurtos al pobre en ganancias,
    baste a todos el vivir
    con una sencilla holganza.

    Por tí, José, Dios Altísimo 
    dirija nuestras pisadas
    en paz y santa alegría
    por las sendas de la Patria. Amén.

               
    N° 5.- 
    Que te alaben los célicos ejércitos
    y que te canten los cristianos todos,
    oh preclaro José, que fuiste dado
    a la Virgen en casto matrimonio.
    Al advertir su gravidez te asombras,
    y la duda te angustia en lo más íntimo,
    pero un ángel del cielo te revela
    que el Niño concebido es del Espíritu.
    Tú estrechas al Señor en cuanto nace;
    después huyes con él a tierra egipcia;
    luego en Jerusalén notas su falta,
    y al encontrarlo lloras de alegría.
    Más feliz que los otros elegidos,
    que sólo ven a Dios después de muertos,
    tú, por un privilegio misterioso,
    desde esta misma vida puedes verlo.
    Por este santo, Trinidad Santísima,
    déjanos escalar el cielo santo,
    y nuestra gratitud demostraremos
    con el fervor de un sempiterno canto. Amén.